En ocasiones menos es más

Y ¿a qué me refiero con esto? 

Pues que muchas veces intentando buscar la panacea, la solución definitiva a un determinado problema nos olvidamos de que la solución más sencilla suele ser la correcta.

Concretamente me refiero a todos los productos y soluciones milagro que han aparecido últimamente en torno al cuidado del cabello. Champú para caballos, co-wash... Lo cierto que es he leído mil y una cosas últimamente. 

Sobre el champú de Biotina o champú para caballos no voy a decir mucho porque no lo he probado, ni tengo ninguna intención de hacerlo. Respeto a las personas que lo usan y dicen que les va bien, pero sinceramente no me apetece ponerme en la cabeza un producto diseñado para limpiar el pelo y la piel de un caballo. Primero porque el ph humano no es el mismo que el de un caballo, y segundo porque creo que hay suficiente repertorio de champúes para humanos como para ponerme a usar uno de animal. Que hoy es el caballo, pero mañana será el de perro y pasado se descubrirá el extraordinario brillo que proporciona al cabello el champú para gatos. Y mientras tanto los fabricantes frotándose las manos con el negocio que han hecho extendiendo un "bulo".

También he leído bastante sobre el co-wash (lavarse el pelo sólo con acondicionador). Esto si lo probé porque total ¿que podía perder?. Como mucho tener que volver a lavarme el pelo después, así que me decidí e hice dos pruebas. La primera con mi acondicionador favorito, el de plátano de The Body Shop. Lo extendí bien, masajeé y volvía masajear, y el pelo quedó super suave. Pero cuando lo sequé... horror. El pelo seguía pareciendo sucio, y la sensación al tocarlo era un tanto "extraña". Así que esperé hasta la mañana siguiente y volví a lavarlo.

En esta ocasión utilicé el acondicionador de nuez de brasil de Bottega Verde. He olvidado decir que para el co-wash es importante que los acondicionadores no tengan siliconas, y ninguno de los que yo usé tenía. Pues bien, en esta segunda prueba el resultado fue un poco más satisfactorio, el pelo al menos tenía un aspecto limpio... al menos en las zonas en las que había masajeado hasta que me dolieron los dedos. Porque si mirabas con atención podías distinguir las zonas en las que habías masajeado bien y las que no. En estás ultimas el pelo seguía pareciendo sucio. Y puede parecer fácil masejear toda la cabeza por igual, pero os aseguro que no lo es. Especialmente en la parte posterior es bastante complicado. eso sin contar con que necesité un cuarto del bote de acondicionador para conseguir un resultado medio decente.

Así que, por mi parte, no compensa ni el tiempo, ni el esfuerzo, ni la cantidad de producto utilizado para ello.

Y una vez comprobado que las soluciones "milagro" no eran para mi, decidí sentarme y poner a funcionar las neuronas. Había desterrado las siliconas de mi vida, pero aun estaba el problema de los sulfatos (presentes en los champúes sólidos de Lush y que llevaba meses usando). Al principio me fueron muy bien, pero a la larga me resecaron el cuero cabelludo y me provocaron algún que otro brote de caspa. Pero si no quería siliconas, no sulfatos, y el co-wash no es para mi... ¿que podía usar?

Y ahí estaba la solución, al alcance de mi mano y hasta ahora relegado a cuidar del pelo de mis brochas: champú para bebe.
Si, champú de bebe, concretamente de la marca Veckia, marca blanca de Hipercord, y que os enseñé en este haul. Cuesta alrededor de dos euros, limpia el pelo a la perfección, no reseca, no irrita... y lo mejor: el resultado, ¡mirad!

Pelo suelto, brillante, ligero y sin tener que hacer mil y una historias. La foto no está retocada para aumentar el brillo ni nada parecido, simplemente oscurecí los bordes para tapar elementos de la habitación. Como acondicionador estoy usando la crema americana de Lush, pero he probado con otros y el resultado es igual de bueno.

Así que ya lo veis, muchas veces intentamos tanto buscar un producto milagro que nos olvidamos de la solución más sencilla.