Bruno Vassari ¿Qué hago contigo?

¿Os suena eh?

Todas las que recibimos esta cajita sufrimos la tremenda decepción de encontrarnos con este producto inútil. No porque sea un mal producto (que no lo sé porque ha sido imposible que lo use en el rostro), sino porque los tonos que eligieron para repartir entre las suscriptoras parecían más adecuados para rendir culto al dios Anubis en el antiguo Egipto que para llevarlos en cualquier parte de España.

El caso es que yo tenía clavada la espinita de no poder hacer nada con él y tener que dejarlo escondido al fondo del cajón, así que un día me puse a pensar en posibles maneras de utilizarlo. O mejor dicho, gastarlo. Y pensando, pensando y pensando al final conseguí mi propósito ¡acabé el bote!

Pero ¿como he conseguido gastar este spray del demonio?. Pues tirando de ingenio y tiempo libre. 

Como maquillaje era un horror, pero el caso es que como tono de bronceado..... así que empecé a hacer pruebas. Que si aplicado sólo de lejos, que si de cerca difuminado, que si mezclado con crema... El caso es que cuando estaba a punto de rendirme vi el bote de aceite luminoso de Deliplus (si, ese que tiene mini glitter dorado que si eres blanquita no sirve absolutamente para nada porque no se ve) y se me ocurrió una idea.

Cogí una pequeña cantidad de aceite y le puse encima un poco del maquillaje. Después hice la prueba de como quedaba en la piel y ¡¡BINGO!!. Quedaba muy bonito y nada escandaloso. Así que vacié el bote de maquillaje en el bote de aceite luminoso y listo, un autobronceador casero y de tono perfecto.

Eso si, sólo para poner en escote, brazos y piernas, porque aunque se queda bastante fijo prefiero no arriesgarme a manchar la ropa.

¿Qué os parece el truco? No está mal ¿verdad?